Nueva Gramática de la lengua española, RAE, ASALE, 2009
25.14f Son varios los adverbios que admiten subordinadas sustantivas en su complemento preposicional (después de que..., encima de que...). El adverbio encima induce el indicativo cuando se asimila a además:
Encima de que se trata de una misión difícil, Scavino me tiene entre ojos (Vargas Llosa, Pantaleon); Lo peor de todo es que encima de que no me llaman, yo ni siquiera tengo a quién llamar (Vázquez, Á., Juanita Narboní).
Cuando la locución adverbial por encima se construye con complemento preposicional —lo que da origen a la locución preposicional por encima de en algunos análisis—, expresa un significado similar a 'dejando de lado', lo que explica que sea compatible con los dos modos. Cuando se emplea con indicativo, recibe la interpretación aditiva y equivale a además de; cuando se construye con subjuntivo, suele equivaler a por más que, lo que da lugar a un sentido concesivo. Se ilustran ambos usos en los siguientes textos:
Por encima de que tal esfuerzo produce a la sociedad un núcleo de competentes profesionales, sabido es que los excedentes revierten sobre la actividad civil (González Ruiz, Misión); [...] por encima de que su autor lo muestre desnudo en su amor al becerro de oro (Marcos, Fantasma); Por encima de que objetivamente Banesto convenga a una entidad o a otra, de las tres que pujan en la subasta, la batalla política ha tenido también una incidencia clara sobre el futuro del banco (Mundo [Esp.] 25/4/1994).
El sentido aditivo mencionado constituye un significado cercano al que caracteriza al adverbio ya mencionado además, que se construye con subordinadas sustantivas en indicativo: Pero Don Diego había perdido la serenidad, y la inteligencia se le extraviaba, además de que las argucias del escribano lo habían aligerado de sus mezquinos ahorros (Mujica Lainez, Escarabajo).
25.14g El adverbio después se utiliza con indicativo en contextos similares a los que aceptan encima, es decir, cuando el que habla presenta como inconveniente alguna situación que no satisface determinadas expectativas, como en estas oraciones:
Uno de los periodistas peruanos residentes en Quito le había tachado de agente del Gobierno "después de que le dimos todo tipo de facilidades para que realizase su trabajo" (Mundo [Esp.] 10/2/1995); ¿Después de que seduce a mi hijo, todavía quiere casarse con él? —dijo Ángela—. ¡Qué desfachatez! (Ibargüengoitia, León).
En estos contextos, similares en parte a los concesivos, no se deja de expresar posterioridad, pero predomina la idea de contrariedad, como pone de manifiesto la paráfrasis a pesar de todo ello, entre otras similares. Se percibe en algunos usos de después, asimismo construidos con indicativo, una relación causal que no anula, como antes, la meramente temporal: Pero ahora, después de que te he visto, se me ha descabalado la idea (Caballero, Squash). Se emplea también el adverbio luego en estos contextos con sentido temporal, como en Luego de que los detectives se acomodaron en los sillones de cuero, Manuel abrió de par en par la vitrina forrada de espejos (Rovinski, Herencia).
25.14h Cuando después expresa posterioridad, rechaza el futuro, al igual que cuando, mientras y otras expresiones que se analizan en el § 24.9: *después de que llegarás. En estos contextos temporales, alternan indicativo y subjuntivo en el español americano. El uso del subjuntivo es compartido por el español europeo, en el que constituye la opción mayoritaria:
La prima Hildebranda Sánchez había venido a visitarla poco después de que ella estuviera en su hacienda (García Márquez, Amor); ¿Qué te parece, hija, si después de que acabe todo esto, nos vamos tú y yo por ahí? (Gallego, Adelaida); [...] después de que el cuerpo de alguno hubiese empezado a largar la sangre como vino por cuello de odre (Carpentier, Siglo); Dijo Lumina cuando aquella tarde, después de que reposara en la cama un rato, ayudó a Dacio a levantarse (Diez, Fulgor).
En cambio, el indicativo es habitual en el español americano en estas construcciones temporales. Repárese en que después no alterna en ellas con encima o con además, a diferencia de las que se analizaron en el apartado precedente:
Los caliés se llevaron a Manuel esta madrugada, poco después de que saliste de allá (Vargas Llosa, Fiesta); —¿Viste a la abuela en la regadera? —preguntó Leonor. —Después de que estuvo con el abuelo, bien que la vi (Aguilar Camín, Error); Dejaron a Rafael Moneada aprovisionado de agua, pan y jamón, después de que Nuria le limpió y vendó el corte del brazo (Allende, Zorro); Pero después de que la tía Rebeca se hizo cargo de la casa —y mucho después de que Na- tanael se borró [...]— (García Márquez, Obra periodística); Pero, después de que Porzia lo abandonó, atraída por la opulencia del duque de Mugnano, sus investigaciones tomaron un rumbo más práctico y concreto (Mujica Lainez, Bomarzo).
Este uso es infrecuente en el español europeo, pero se registra también en él: Después de que tú te fuiste, dejando correr a la fantasía detrás de unos perros famélicos comprendí que precisamente me habías abandonado porque no había quedado embarazada (Benet, Región). No existe diferencia apreciable de significado en estos contrastes. Las subordinadas que complementan al adverbio antes se construyen siempre con subjuntivo: antes de que {*amanece ~ amanezca}.