Comentario | "3.1. Su uso está sujeto a dos condiciones: a) Siempre ha de ir precedido de preposición: Pedro no daba más de sí; Los asistentes no cabían en sí de gozo; No podrá usted huir de sí mismo". b) Por ser un pronombre personal tónico exclusivamente reflexivo (→ pronombres personales tónicos, 3), sí solo debe emplearse cuando el complemento posee sentido reflexivo, esto es, cuando el referente del pronombre es el mismo que el del sujeto de la oración en que aparece o que el de una paráfrasis implícita en la secuencia a la que pertenece: María reclamó para sí las joyas de su madre [...]. http://lema.rae.es/dpd/?key=s%C3%AD
3. Formas reflexivas. Un pronombre tiene sentido reflexivo cuando su antecedente es el sujeto (tácito o expreso) de la oración en que aparece: La atraje hacia mí con suavidad; Tú solo piensas en ti mismo; o bien el sujeto de una paráfrasis implícita en la secuencia en que aparece: La confianza en ti mismo [= tú confías en ti mismo] fue la clave de tu triunfo. Para la primera y la segunda persona no existen formas pronominales tónicas específicamente reflexivas, sino que, como ilustran los ejemplos anteriores, estas son las mismas que se emplean en cualquier complemento preposicional: mí, ti, vos, nosotros/as, vosotros/as. Solo la tercera persona posee una forma tónica específicamente reflexiva, el pronombre sí (→ sí, 3), invariable en género y número: «Vladimir creyó tener ante sí al psiquiatra del lugar» (Ponte Contrabando [Cuba 2002]); «Tiene usted un bajo concepto de sí mismo» (Collyer Pájaros [Chile 1995]); «Aquellas flores le devolvieron [...] la confianza en sí misma» (Ferré Batalla [P. Rico 1993]); «Su dogma les permite [...] decidir, por sí mismos, la suerte de quienes les rodean» (Volpi Klingsor [Méx. 1999]). Como se ve en varios de los ejemplos citados, junto a las formas pronominales con sentido reflexivo aparece frecuentemente el adjetivo mismo, como refuerzo, a veces opcional, a veces obligatorio (→ mismo, 2). No es infrecuente que aparezcan usadas con valor reflexivo las otras formas tónicas de tercera persona (él, ella, ellos, ellas, usted, ustedes), especialmente si hacen inequívoco este valor mediante el refuerzo mismo: «La candidata lució guapa y segura de ella misma» (Prensa [Hond.] 31.1.97); «Póngase a pensar en usted mismo y se dará cuenta de qué cantidad enorme de mensajes rigen su vida» (Antognazza Vida [Arg. 1993]); «Sánchez empezó a maldecir, como hablando con él mismo, en palabras de grueso calibre» (Tiempo [Col.] 13.9.96); no obstante, en el habla esmerada se recomienda emplear, en estos casos, la forma propiamente reflexiva: La candidata lució guapa y segura de sí misma; Póngase a pensar en sí mismo; Sánchez empezó a maldecir, como hablando consigo mismo. |
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