"Entrar en calor" es una locución muy vieja y asentada en español. Escribe, por ejemplo, Fray Luis de Granada, en su "Libro de la oración y de la meditación", de 1556: La causa comúnmente es que los unos traen el corazón caliente y recogido con el uso de estas breves oraciones; más los otros, déjanlo del todo enfriar con el olvido de Dios: por lo cual los unos entran en calor presto, y otros tarde.
El uso que la señora hace de "entrar en frío" es sin duda una locución analógica, entendida por cualquiera que conoce el giro original. Puede ser que la hablante la use en forma constante, como parte de su idiolecto, pero también puede ser que la haya "inventado" ad hoc. Sea como fuere, no se trata de un modismo independiente, ya que su uso no parece ser generalizado.