En un sentido estricto, pudiera parecer que existe solapamiento o traslape entre algunas de esas áreas (no cabe duda, por ejemplo, de que una parte de México y de Centroamérica es «área caribeña»). No obstante, esas superposiciones parciales se dan también en otras divisiones que suelen establecerse entre las áreas lingüísticas del español americano. Es sabido, por ejemplo, que un buen número de usos del español panameño son compartidos por el colombiano, mientras que otros son comunes a los demás países de Centroamérica. La denominación área andina comprende aquí, como es habitual, Perú, Ecuador y Bolivia. Existen, como es obvio, los Andes chilenos o los Andes venezolanos, pero el término andino se usa convencionalmente en lingüística (y también en historia o en antropología, entre otras disciplinas) con la extensión restringida por la que aquí se opta.
De forma análoga, se usará la denominación Río de la Plata para abarcar el conjunto de la Argentina, Uruguay y Paraguay. Al igual que se emplea en lingüística la expresión francés europeo (el de Francia, Bélgica y Suiza) para oponerlo al canadiense o al hablado en otras partes del mundo, se adopta el término de español europeo para hacer referencia al hablado en España. Como es obvio, español europeo no equivale a español peninsular, ya que solo el primero incluye los territorios insulares españoles.
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