Andanzas callejeras, Antonio Díaz-Cañabate - Prensa Española, 1977
Han llegado muy de mañanita, a las seis, a las siete. Ahora descansan hasta el anochecer, que volverán a la mar para faenar durante la noche. Duermen las redes hechas un rebuño, en el que sobresalen los corchos flotadores como ojos de un monstruo marino.
El laberinto de las aceitunas, Eduardo Mendoza, Seix Barral, 1982
https://books.google.de/books?id=JS6AAAAAIAAJ
Sin pensarlo dos veces me desnudé, hice un rebuño con mi ropa y la escondí entre un montón de retales.
Todo sobre el universo, Juan José Isac Sánchez, Editorial Liber Factory, 2014
https://books.google.de/books?id=98keBQAAQBAJ
—Y no porque sean unos elementos especialmente despampanantes —prosiguió Parreño haciendo un rebuño con el periódico y arrojándolo a la papelera como signo inequívoco de que el refrigerio matutino había concluido.
Otra clase de amor, Anne Marie Winston, HarperCollins Ibérica, 2018
https://books.google.de/books?id=iYh2DwAAQBAJ
El sombrero que ella había llevado puesto estaba en el suelo y el pelo se le había soltado de la trenza. Hecha un rebuño en el suelo, tenía las dos manos bajo la mejilla. Estaba profundamente dormida.
La cabeza del durmiente, José María Guelbenzu, Siruela, 2006
https://books.google.de/books?id=SdjdYMHHjCkCs
Por fin Claudia volvió a su cama y a hacerse un rebuño bajo su edredón, pero no se encontraba a gusto.